Wednesday, August 24, 2011

Entrada de Comunicación y Tecnología de Esta Semana.













Historias Memorables de la NFL
Esta semana aprovecho que la pretemporada del Futbol Americano esta en pleno desarrollo para darles mi lista personal de lo que fueron los 10 momentos más memorables en la historia de la NFL. Nadie puede negar que el Futbol Americano es un deporte de fortaleza mental y física, y quiero ejemplificar cómo puede serlo.
Aquí les van:

1. Los Osos de Chicago dan vida al “Refrigerador”: En 1984 los 49ers fueron el mejor equipo de la NFL con una marca de 15-1. En la final de conferencia enfrentaban a los Osos de Chicago, a quienes derrotaron 23-0. Al final, cuando el encuentro ya estaba casi ganado y quedaban menos de 5 minutos en el reloj, los 49ers metieron a un guardia ofensivo de 130 kilos de peso a jugar de fullback y castigar a la defensiva de Chicago. Mike Ditka, entrenador de Chicago, sintió una profunda humillación, y juró cobrar venganza. Un año después, Chicago era el mejor equipo de la NFL, y tenía, en su defensiva, al jugador más pesado de la NFL, a William “El Refrigerador” Perry, que superaba los 170 kilos. Ese año, a Chicago le tocó jugar contra los 49ers de nuevo. Mike Ditka estaba preparado para cobrar la venganza del año anterior. Los Osos ganaron el juego 26-10, y cuando el partido casi terminaba, Ditka, recordando el insulto de San Francisco, metió de corredor al Refrigerador, que castigó a la defensiva de los 49ers de San Francisco como nunca antes. El Refrigerador siguió de ahí para convertirse en uno de los jugadores más famosos en la historia de la NFL.
2. Defendiendo a la Estrella Solitaria: Año 2000. Jugando sin Michael Irvin, y con Troy Aikman y Emmitt Smith en los últimos días de sus respectivas carreras, los Vaqueros ya no son más que una sombra del gran equipo que fue tres veces campeón en los años 90. Los Vaqueros de Dallas inician la década con el pie equivocado, perdiendo no sólo los primeros dos juegos de la temporada, sino también a sus dos mejores receptores, (Rahib Ismail y Joey Galloway). En la semana cuatro, Dallas enfrentaría a los 49ers de San Francisco, su antiguo rival a muerte. Los Vaqueros perdieron el juego 41-24, pero probaron que todavía podían defender la estrella solitaria que brillaba sobre su equipo.

Terrell Owens, que jugaba para los 49ers, anotó un touchdown y se burló de los Vaqueros al correr hacia la estrella del estadio y bailar sobre ella. Cuando Dallas anotó en su siguiente posesión, Emmitt Smith tomó el balón y corrió hacia la estrella, hincándose en el centro y venerando al máximo símbolo de su equipo. Terrell Owens decidió seguir burlándose, y cuando volvió a anotar nuevamente corrió hacia la estrella. Esta vez, sin embargo, lo pagó muy caro. George Tegue, profundo de los Vaqueros, se tomó la agresión personalmente, y corrió hacia la estrella y golpeó a Terrel Owens, mandándolo al piso. Teague fue expulsado del juego, pero de inmediato se convirtió en uno de los jugadores más queridos por los fanáticos de Dallas.
3. Joe Montana siente la furia de la defensiva de los Gigantes: Es la final de conferencia de 1990. Los 49ers de San Francisco han ganado los últimos dos Super Bowls y se encuentran en una magnífica situación para ganar su tercero al hilo. Sus rivales, los gigantes de Nueva York, juegan con Jeff Hostetler, el mariscal de campo suplente. Aunque no es Phil Simms, (el mariscal titular), Jeff Hostetler ha jugado bastante bien… tan bien, que los 49ers han decidido sacarlo del juego. Con el marcador 13-9 favor los 49ers, un liniero defensivo de San Francisco intenta una jugada sucia y taclea a Hostetler directo en la rodilla. Al principio se creía que Hostetler no regresaría, pero, de milagro, no se rompió nada y logró regresar al juego. Ahora, sin embargo, la defensiva de los Gigantes, liderada por el legendario Lawrence Taylor estaba muy enojada, y quería que los 49ers sintiera su terrible furia. Bill Parcels, entrenador de los Gigantes, mandó a Leonard Marshall, su liniero estrella de 1.93 metros y 132 kilos de peso, detrás de Joe Montana.
En la siguiente posesión de los 49ers, Joe Montana se encontraba moviéndose por el campo, intentando mandar un pase, cuando, de pronto, Leonard Marshall le pegó en la espalda, casco primero, y lo mandó al hospital con la mano rota, costillas rotas, y pulmón y esternón inflamados, casi como si lo hubiera atropellado. Montana no volvió a jugar otro down con los 49ers. Los Gigantes ganaron el juego 15-13 con un gol de campo de último minuto y ganaron el Super Tazón la semana siguiente.
4. Don Meredith juega con un pulmón ponchado: La rivalidad más grande del Futbol Americano es la de los Pieles Rojas de Washington y los Vaqueros de Dallas, con docenas de juegos memorables y partidos para recordar. En una ocasión, sin embargo, el honor entró antes que todo. Don Meredith, mariscal de los Vaqueros, sufrió costillas rotas y pulmón perforado tras un golpe por los linieros defensivos de los Pieles Rojas. En lugar de salirse, Meredith continuó jugando, y llevó a Dallas a una dramática victoria en el último minuto.
5. Emmitt Smith tiene su mejor momento: En 1993 Emmitt Smith probó el verdadero valor que tenía para los Vaqueros de Dallas. Era el último juego del la temporada regular, y Dallas tenía un récord de 11-4. Su último partido era con los Gigantes de Nueva York, que también tenían marca de 11-4. Quien ganara, gozaría de la ventaja de jugar toda la postemporada en su casa. El que perdiera sería relevado a comodín. En una jugada de tercer down, Smith sufrió una separación de hombro que parecía sacarlo del juego. Smith, sin embargo, no se rindió, y continuó jugando, cargando a Dallas hacia una victoria en tiempo extra. Smith dijo que el dolor era insoportable, pero que la victoria era más importante que cualquier otra cosa. Al final, John Madden, que narraba el juego, dijo que ese fue uno de los más grandes esfuerzos individuales de la historia del deporte, y Smith ganó el título de mejor corredor del 1993 y jugador más valioso del año. En las palabras de Brad Sham, comentarista exclusivo de radio de los Dallas Cowboys desde 1977, “nunca olvidaré el día en que Emmitt Smith corrió 32 veces para 170 yardas y cachó diez balones para 62 y lo hizo casi todo con un brazo.”
6. Miami protege su temporada perfecta para la eternidad: 1985. Los Osos de Chicago eran el mejor equipo de la NFL y los favoritos indiscutibles para quedar campeones. Entrando a la semana 13, los Osos tenían una marca de 12-0 y parecía que no perderían, efectivamente convirtiéndose en el segundo equipo con marca perfecta desde que los Delfines de Miami lo hicieron en 1972. El siguiente rival de los Osos era nada más y nada menos que los Mismos Delfines de Miami liderados por el entrenador Don Shula, que también fue el entrenador de los Delfines del 72. En un partido muy bizarro, los Delfines de Miami, que juraron por todos los cielos, derrotar a los Osos, salieron victoriosos, ganando 38-24. Los Osos no volvieron a perder, y ganaron el resto de sus juegos en ruta a su victoria en el Super Bowl XX.
7. El profundo más golpeador noquea a todo el equipo contrario… y también al suyo: En los años noventa no había un safety más temido que Steve Atwater de los Broncos de Denver. Durante el transcurso de su carrera, no había un profundo que golpeara peor que este hombre. Todos los receptores contrarios le tenían pavor, y en el Super Bowl XXXII probó exactamente por qué. Además de que jugó un partido memorable, tuvo el mejor momento de su carrera. Era tercera oportunidad y quedaba menos de un minuto en el reloj. Los Broncos ganaban 31-24 y Steve Atwater y la defensiva debían detener a los Empacadores para ganar el juego. Brett Favre, de Green Bay, lanzó un pase profundo a su receptor favorito, que estaba cubierto por uno de los mejores esquineros de los Broncos. En el momento en que iba a atrapar la bola, Steve Atwater llegó de la nada y soltó tal golpe brutal que noqueó no sólo al receptor, sino también a su compañero de equipo y al el mismo, resultando en un pase incompleto. Green Bay fue forzada a jugársela y no obtuvo el primero y diez. Denver ganó el Super Bowl con uno de los golpes más espectaculares en la historia de la NFL.
8. Linebacker taclea a un aficionado: Mientras que en otros deportes los juegos se detienen cuando un aficionado entra al campo y se roba el balón, en el futbol Americano, las cosas siempre se pagan en la cancha. En un partido común y corriente entre los Delfines de Miami y los Potros de Baltimore (ahora Potros de Indianápolis), un aficionado borracho entró al campo, tomó el balón a media jugada y comenzó a correr por el campo en son de broma. En ese momento Mike “el perro rabioso” Curtis, apoyador de los Potros, decidió acabar con el fiasco y brutalmente tacleó al aficionado, quitándole el balón y noqueándolo por completo. Nadie jamás ha intentado meterse a una cancha de la NFL desde entonces.
9. Ronnie Lott sacrifica un dedo por su carrera: En 1985, no había mejor jugador profundo que Ronnie Lott, de los 49ers de San Francisco. Era uno de los golpeadores más temidos y respetados, pero ese año, probó su verdadera rudeza y resistencia. En un partido contra los Vaqueros de Dallas, Lott sufrió una severa ruptura de su dedo meñique tras una tacleada. El entrenador le dijo que no podría jugar en los playoffs y que sólo podría salvar su dedo si dejaba de jugar. Ronnie Lott se rehusó, y pidió que le amputaran el dedo a medio juego. Así fue, y el staff médico lo hizo a tal velocidad que Lott pudo regresar en la segunda mitad. No hay jugador más rudo que Ronnie Lott.
10. Rocky Blier gana cuatro Super Bowls sin una pierna: En 1968 Rocky Blier fue seleccionado en el round 16 del draft colegial por los Acereros de Pittsburgh. Jugó su primer año con ellos, pero al final de la temporada, fue seleccionado para pelear en la guerra de Vietnam. Allí, una granada le pegó en el pie y perdió gran parte de su pierna. Los doctores le dijeron que jamás podría volver a jugar futbol profesional. Se rehusó a creerles y algún tiempo después, después de mucha dedicación y entrenamiento, regresó al campamento de los acereros y volvió a ganar un sitio en la lineación titular. Al final, Rocky Blier fue un ganador no sólo en la vida, sino en el Futbol Americano, con cuatro anillos de Súper Tazón en seis temporadas.

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